El pasado sábado 17 de agosto la Camerata Cantábile ofreció un concierto muy especial en la localidad toledana de La Iglesuela del Tiétar.
Invitada por la Asociación de Mujeres Albanta, y dentro de la programación de la Semana Cultural 2024, pudimos asistir una vez más a la magia que siempre ofrece  la música cuando se interpreta en un espacio tan hermoso como la explanada de la iglesia de Nuestra Señora de la Oliva, adornada especialmente para la ocasión con multitud de velas que iluminaban con duende la noche estival.
La Directora de la Camerata, Vanessa Satur, hizo una espléndida introducción destacando la espiritualidad de los temas de música sacra, antigua y moderna, que conformaban la primera parte del concierto. Presentó cada uno de los temas, su autor, la composición y sin olvidar traducir las letras. Y la música dio comienzo con un vibrante “Gloria” de A. Vivaldi, continuando con la muy conocida “Cantata 147” de J. S. Bach para dar paso a la obra más famosa de C. Franck, “Panis Angelicus”. La conmovedora “Cantique de Jean Racine”, de G. Fauré, interpretada con emoción y sentimiento, fue la última de las composiciones de música sacra antigua. Siguieron dos modernas obras muy populares: “What a wonderful world”, grabada por Louis Armstrong en 1967, una de las canciones más versionadas por todo tipo de cantantes y grupos musicales y “Halleluyah” de L. Cohen, igualmente versionada por más de 80 artistas y conocida de todos los públicos por estar en la BSO de la película “Shrek”.
La segunda parte del concierto se dedicó a música tradicional española, con las melodías “Molo molondrón”, canción popular de Cantabria en dialecto montañés;  y “Nerea izango zen”, una dulce melodía tradicional vasca. Tuvo su lugar en esta velada la zarzuela con dos alegres piezas de “El Bateo”, de F. Chueca, además del “Viva Madrid” de “Don Manolito” de P. Sorozábal. La música de América Latina se homenajeó con “Camino del indio” de A. Yupanqui, considerada el himno no oficial del pueblo indígena.
El público asistente aplaudió calurosamente la actuación de la Coral de la Camerata, acompañada en esta ocasión por Mario García a los teclados.
Y para poner broche a esta velada, se cantó una jota de Castilla “La Sinda”, acompañando con las palmas los allí reunidos.
La Directora agradeció la presencia de todos y la colaboración de las gentes de La Iglesuela, citando la muy especial circunstancia de contar con una componente del coro oriunda del pueblo, la soprano Emilia González, quien recibió emocionada el aplauso de sus paisanos y de sus compañeros.
Una velada mágica.